Foto: de fuentes públicas
La pereza no es una desventaja si te funciona
La idea de que la limpieza debe durar horas está irrevocablemente desfasada. El mundo va deprisa, vivimos aún más deprisa y cada vez más queremos un equilibrio básico: una casa limpia, sin maratones agotadoras de fregado.
Real Simple ha preparado una combinación de trucos ingeniosos y prácticos, sin consejos tóxicos, sin «limpiar hasta sudar». Sólo trucos sencillos que realmente simplifican el día a día.
- Limpia la bañera inmediatamente después de ducharte. La clásica regla de «limpiar inmediatamente» funciona a la perfección en este caso. Mientras el cuarto de baño está lleno de vapor, las superficies se vuelven flexibles a la limpieza, por lo que la placa y las gotas de agua se limpian con mucha más facilidad. Utiliza una toalla que, de todos modos, vayas a tirar al cesto de la ropa sucia.
- Crea una «bolsa de donuts» en tu armario. Genial y sencillo: pon una bolsa o caja en tu armario para las cosas que ya no quieras ponerte. Si encuentras una camiseta que ha perdido su forma o un bolso que ya no es de tu gusto, mételo ahí enseguida. Cuando la bolsa esté llena, llévala a un punto de recogida. Nada de revisiones radicales del armario una vez al año, sólo pequeños pasos que realmente funcionan.
- Guarda los artículos de limpieza donde los necesites. Parece obvio, pero poca gente lo hace. Hay quien tiene pequeños juegos de productos en cada cuarto de baño y cocina, lo cual es ideal. Se acabó cruzar el piso para coger el spray multiusos.
- Establece una regla de «25 minutos». Si no te apetece nada limpiar, sólo son 25 minutos. Pon un temporizador, haz todo lo que puedas y sorpresa: la mayoría de la gente se da cuenta de que consigue hacerlo todo, o al menos la mayoría de las tareas. Psicológicamente funciona a la perfección: es más difícil empezar que continuar.
- No entres en una habitación con las manos vacías. La idea es sencilla: ve a la cocina – coge un plato que esté en la mesita. Sube al primer piso – coge algo que debería estar en el dormitorio. Y otro truco de vida: si un objeto no está donde vas, acércalo al menos a la zona donde lo necesitas. Los pequeños movimientos son el camino hacia el gran orden.
- Agua derramada: úsala como limpiador. No te limites a limpiar la mancha, pasa rápidamente un trapo por toda la superficie. Sí, es un minilavado y funciona de verdad.
- Limpia mientras se prepara el café. En lugar de esperar a que una gota de espresso aromatizado caiga en tu taza, haz algo pequeño como descargar el lavavajillas, limpiar la cocina o las encimeras. Este método es tan eficaz que mucha gente empieza a hacerlo instintivamente y se despierta con la cocina limpia.
- Haz una pausa antes de sacar la basura. Cuando ya tengas la basura en las manos y te dirijas hacia la puerta, haz una parada y echa un vistazo rápido a la nevera y la despensa. Por ejemplo, puedes tirar enseguida la leche caducada. Puedes limpiar la caja de arena del gato antes de sacar la basura, todo de una vez y sin demasiados viajes.
La pereza no es una desventaja si te funciona. Estos trucos de vida no tienen que ver con la pereza como estilo de vida, sino con la optimización. Pequeñas acciones y micro-rutinas, y aquí ya estás viviendo en un espacio limpio sin estrés ni maratones.
